En esta ocasión tenemos para analizar un equipo que está causando
cierto furor en Internet. No sólo por su reducidísimo precio, sino por
el potencial con el que cuenta el equipo y lo mucho que se podrá hacer
con el en un futuro próximo. Nos referimos como no, a la Raspberry pi:
ese miniordenador de $35 que todo el mundo desea, pero que por el
momento pocos han conseguido catar. Como suele ser habitual en estos
casos, comenzamos detallando sus características técnicas
Características Técnicas
- Raspberry Pi “Model B”
- SoC: Broadcom BCM2835
- CPU: ARM11 ARM1176JZF-S a 700 MHz
- GPU: Broadcom VideoCore IV
- SDRAM: 256 MB
- 2 Puertos USB 2.0
- HDMI out
- Audio aout jack 3,5mm
- Slot tarjetas SD
- Ethernet 10/100
- Puerto alimentación MicroUSB
- Medidas: 85,60 × 53,98 mm
- Peso: 45 gramos
La verdad es que la distribución por lo menos en España de este
equipo fue un tanto loca. Con muchos problemas por desorganización y
esperas que no venían a cuento. Una vez dicho eso, el kit que te envían
no puede ser más espartano: tan sólo la placa base en una minicajita de
cartón y una hoja sobre que el equipo cumple con las directivas de
seguridad. Listo. Aquí es donde quiero dejar las cosas bien claras:
estamos hablando de un
KIT DE DESARROLLO. La versión
que se está comercializando actualmente, no está pensada para un público
generalista, sino para desarrolladores. Es por eso que se entrega una
placa de circuito “pelada”, sin caja protectora (hay ya versiones
comerciales como la de
ModMyPi mo o caseras, como
cajas de cartón),
sin ningún tipo de documentación y con el espíritu de “ahí te busques
la vida”. Así que si estabas pensando que esto iba a ser como un
ordenador de sobremesa, pero por unos 40 euros, pues como que no.
Sobre todo, porque no hay prácticamente software que soporte esta
plataforma y la intención de la fundación Raspberry es precisamente que
estas primeras unidades sirvan como “testeo” de lo que puede dar de si
el sistema, que los desarrolladores… desarrollen aplicaciones, sistemas
operativos y porten aplicaciones; para que allá sobre el mes de
diciembre o principios del 2013, poner a la venta una versión final con
caja, manuales y demás.
Entrando en el equipo, los
primeros pasos
necesarios para que “arranque” el sistema, es que te bajes una de las
imágenes de Linux ya “compiladas” para este sistema a tu disco duro.
Después necesitarás una tarjeta SD donde “instalar” la imagen. Para
ello, se puede utilizar el programa
Win32dDskImager,
que será el encargado de convertir en “booteable” dicha tarjeta.
Finalmente sólo queda insertarla en el slot de la Raspberry, conectar el
equipo a cualquier monitor con HDMI (o mediante video compuesto a
cualquier televisor del mercado) y listo.
Eso sí, arrancarás en modo consola de Linux, teniendo que teclear
“StartX” para que aparezca el entorno gráfico de Debian. Como véis, todo
el proceso es sencillo, pero no precisamente de lo más amigable para
aquellos no acostumbrados a entornos informáticos. Por eso quiero
recalcar que esto no es un ordenador de encender y listo. Sobre todo si
tenemos en cuenta que actualmente el sistema es “superquisquilloso” con
el hardware que le metas. Por ejemplo, está dando MUCHOS problemas de
compatibilidad con simples tarjetas SD, la fuente de alimentación es
fundamental para que no de problemas de comportamientos erráticos de
teclado y/o ratón (se aconseja una de iPad de 5V/2A) y conectar más de 2
periféricos al mismo tiempo, puede ser un suicidio. Para estar seguros
de que lo que compres te funcionará con el equipo, nada mejor que esta
lista de
periféricos compatibles.
La Raspberry Pi funciona bajo distribuciones Linux. El problema es
que por el momento no hay una “oficial” y “compilada” específicamente
para ella que sea funcional al 100%. Como estamos en la fase de
desarrollo, se están haciendo pruebas con diversas
compilaciones como pueden ser
Debian (la más estable),
Arch Linux ARM o
QtonPi.
He probado la versión Debian y como podéis ver en el vídeo, es
funcional, arranca relativamente rápido, pero ya os podeís ir olvidando
(por el momento) de que esto sustituya a un ordenador: el sistema es
lento, la navegación por los menús no responde con la rapidez que uno
quisiera y el navegador de Internet es más que básico.
Pero la cuestión es que hay que ver este sistema desde la potencialidad que tendrá cuando comience a desarrollarse todo un
movimiento de apoyo en Internet. Si en unas semanas ya tenemos hasta portada una primera versión del sistema operativo
Chromium,
en un año se podrá hacer maravillas con la Raspberry. Sobre todo porque
está pensada para controlar otros equipos, ya que incluye puertos de
E/S que se podrán utilizar para medir temperaturas, humedad, controlar
relés y sistemas domóticos o simplemente para montar un servidor casero o
una webcam 24/365 por muy poco dinero y menos consumo.
Una de las pocas cosas de las que se puede decir que hace casi a la
perfección, es la de reproducción de medios. Porque aquí donde la veis,
este pequeño equipo es capaz de mover vídeo Full HD a 1080p con downmix a
stereo de la pista DTS sin mayor problema. Sí, estamos hablando de que
la Raspberry ya cuenta con una “versión propia” del XBMC (en concreto el
Raspbmc) que aunque todavía en versión beta funciona más que decentemente.
Se podría decir que es prácticamente igual a un sistema HTPC, pero
por muchísimo menos dinero. Así, puedes cambiar skins, instalar
plug-ins, reproducir en red y casi cualquier cosa que puedes hacer con
XBMC “normal”. Eso sí, como todavía no es una vesión definitiva, hay
pequeños bugs, el sistema se cuelga de vez en cuando o algunos plug-ins
no están todavía implementados. De cualquier forma, es totalmente
funcional y puede competir con casi cualquier reproductor de salón de
tipo medio. Si la cosa está así en una vesión beta, no me quiero
imaginar lo fluido que irá en la versión definitiva.
Conclusiones:
Viendo los distintos perfiles de usuarios que pueden optar por la
Raspberry Pi, creo que lo mejor es tratarlos por separado. No es lo
mismo, ni esperas lo mismo de un sistema, si eres un desarrollador que
un simple usuario medio que no sabe (ni falta que le hacer) qué es eso
de una consola de comandos.
Si eres desarrollador
7/10
Pues estás de enhorabuena. Podrás “cacharrear” todo cuanto quieras.
Podrás compilar tus propias versiones de Linux, de tus programas
favoritos o sacar emuladores de viejos sistemas (como por ejemplo del
ZX Spectrum).
Gracias a sus diversos puertos de entrada y salida, podrás diseñar
programas que te controlen las luces de casa, a qué hora se enciende la
caldera o que te avise si hay que regar las plantas. Todo ello por menos
de 40€ y alimentado con 4 pilas AA.
Si eres un usuario “normal”
5/10
Pues lamento decirte que por ahora, este no es tu
equipo. Cuando lo recibas, no tendrás ni un mísero manual de
instrucciones. El “equipo” te llegará sin caja (sí, te podrás meter un
calambrazo) y encima tendrás que hacer una serie de pasos (no muy
obvios) para que arranque a la primera. Ah y no, no tiene Windows: hay
que instalar Linux. Eso sí, dentro de unos meses, cuando el sistema ya
esté más “pulido”, los problemas solventados y se entregue en lo que
podríamos llamar versión “retail”, la Raspberry Pi se podría convertir
en un perfecto reproductor de medios por muy bajo coste (con sus
limitaciones) o un mini-PC para coche o sistemas donde el tamaño y
consumo sí sea importante. Mientras tanto, ahorra esos 40€.
A Favor:
- Gran potencial de futuro
- Reducido precio
- El sistema no se calienta
- Consumo ridículo
En Contra:
- Por el momento “algo verde”
- Incompatibilidades a nivel hardware
- Sistemas operativos todavía no funcionales al 100%